El otro día vino mi amiga Esther a casa a cenar, y es fanática de la tortilla de patatas, y como tenía unos huevos que me había traido mi amiga Chary unos huevos de las gallinas de su mami, y los tenía que gastar, y mirad que tortilla más hermosa salió, sin levaduras ni historias.
Rica, rica, y si no que le pregunten a Esther.